Rosquillas fritas de naranja y limón


Una de mis recetas favoritas del mundo (mundial) son las rosquillas fritas. A pesar de que se hacen en medio volao, las preparo menos a menudo de lo que me gustaría. Aunque, bien pensado, casi que mejor porque soy capaz de comerme media docena de una sentada y me temo que, aunque estas que os enseño hoy lleven naranja y limón, no se consideran como una ración de fruta y verdura...

La receta clásica de rosquillas fritas es con anís (o, con patxarán, que nunca falta en mi despensa y quedan buenísimas también) pero cuando las van a comer niños suelo variar un poco y prepararlas con naranja y limón, una combinación súper rica. Hace un par de semanas las llevé a una comida familiar y fueron un éxito rotundo. Volaron, y os confesaré que casi hasta hubo peleas por la última (aunque al final cundió la paz y se la dimos a mi sobri Eneko). Con todo esto que os cuento seguro que estáis deseando probarlas vosotros también, así que os digo ya mismo los ingredientes que vamos a necesitar y nos ponemos a preparar estas rosquillas tan ricas.


  • 2 huevos
  • 3 cucharadas de zumo de naranja
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • La ralladura de una naranja
  • La ralladura de un limón 
  • Medio vaso (de los de agua) de aceite 
  • Un vaso de azúcar 
  • 500 gramos harina
  • Un sobre de levadura
  • Aceite para freir las rosquillas
  • Azúcar para rebozar las rosquillas (opcional)


Ponemos en un bol amplio los huevos, el azúcar, el aceite, la ralladura de limón y naranja y los zumos y batimos hasta que esté todo bien mezclado. Ahora añadimos la harina junto a la levadura y amasamos con las manos hasta tener una masa homogénea y que no se pegue. Tranquilos, es una masa súper manejable, en un minuto veréis que está perfecta. Cuando esté lista, la metemos media horita en la nevera para que repose.

Pasado este rato, echamos bien de aceite en una sartén o en un cazo. Mientras el aceite coge temperatura, vamos formando las rosquillas. Para ello, tomamos porciones del tamaño de una nuez grande, hacemos un rulo alargado y luego unimos los extremos. 

Cuando el aceite esté caliente (pero sin que llegue a humear) vamos friendo nuestras rosquillas, un par de minutos por cada lado. A medida que vayamos sacándolas de la sartén, las pasamos a un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Si queremos rebozarlas con azúcar, tenemos que hacerlo cuando estén aún templadas para que el azucar se quede bien pegado. ¡Listo! ¡Más fácil imposible! A disfrutar de nuestras riquiiisisísimas rosquillas caseras. 


Algunos consejos:
  • Es importante vigilar la temperatura del aceite a la hora de freir nuestras rosquillas, si nos pasamos se quemarán por fuera y quedarán crudas por dentro. Además, a medida que vayamos friendo tandas necesitaremos añadir algo más de aceite. Yo suelo usar de girasol o de oliva suave (o mitad y mitad).
  • Es importante que lavemos bien las frutas antes de rallar la piel.
  • Mis favoritas son las rosquillas rebozadas en azúcar blanquilla, pero si queréis también podéis echarles por encima azúcar glass.
 

Si estas rosquillas os gustan al menos la mitad de lo que me gustan a mi, os aseguro que se van a convertir en uno de vuestros postres favoritos. ¡Quedan buenísimas! La combinación de naranja y limón es muy rica y le da un sabor y un aroma a las rosquillas delicioso. Cuando os animéis a hacerlas, mandadme una foto para que pueda ver lo ricas que os quedan, me hace muchísima ilusión. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter e Instagram, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!

Comentarios

  1. Una rosquillas fritas es de los dulces que más me gustan, te han quedado de lujo! 1un beso

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  2. ese programa es simplemente hermoso y bueno, Bacione y buenas noches . : - *

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