Galletas Linzer. El Asaltablogs (2ª parte)


¡Hola de nuevo! Tal y como os comentaba ayer, cuando os enseñaba este riquísimo bizcocho de chocolate y café, este mes, para El Asaltablogs, voy a perpetrar un robo triple a los tres blogs que más puntos han acumulado este primer semestre de reto. Ayer mi víctima fue Chary, y hoy le toca el turno a Catina, del blog La cocina de Catina. Y mañana más... Anda que no me va la marcha ni ná...

Admito que casi no he rebuscado en la cocina de Catina: sentí amor a primera vista en cuando vi estas galletas. Se trata de unas galletas linzer, típicas de Austria, súper crujientes, con un sabor a mantequilla y almendra delicioso y rellenas de mermelada. ¡Una delicia! Os advierto que es imposible comer sólo una... Y además son muy sencillas de hacer, la masa se hace a mano en menos de cinco minutos, así que tenéis que prepararlas sí o sí. Me lo vais a agradecer, ya veréis. Así que no me entretengo más: os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.


  • 120 gramos de almendra molida
  • 70 gramos de azúcar glass
  • 185 gramos de harina
  • 125 gramos de mantequilla en pomada
  • Una yema de huevo
  • Una pizquita de sal
  • Una cucharada de esencia de vainilla
  • Mermelada de frambuesa y de melocotón para rellenar las galletas


Ponemos en un bol la harina, la sal, la almendra molida y el azúcar glass. Añadimos la vainilla, la yema y, por último, la mantequilla. Ésta tiene que estar blandita, pero no derretida: basta que la saquemos de la nevera una hora antes de ir a usarla. Si se nos olvida hacerlo (a mi ma pasa muy a menudo) un truco es cortarla en trocitos, ponerla en un bol y meterla a media potencia en el microondas durante quince segundos. Con eso es suficiente para que se ablande ligeramente para poder usarla.

Amasamos con las manos durante unos segundos, hasta que todos los ingredientes se integren y la masa no se nos pegue en las manos. Hacemos una bola, la envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera al menos una hora.

Cuando haya pasado este tiempo, colocamos la masa entre dos trozos de papel de horno y la extendemos con el rodillo hasta que nos quede finita, de aproximadamente medio centímetro de grosor. Cortamos galletas con un cortapastas y vamos colocandolas sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno. A la mitad de las galletas tenemos que hacerles un agujero en el centro. Con los restos de masa repetimos el proceso: volvemos a extender y a cortar galletas.

Ponemos a calentar el horno a 170 grados y, mientras coge temperatura, guardamos la bandeja con las galletas ya cortadas en el frigo. Cuando el horno esté caliente, metemos nuetras galletas y horneamos hasta que empiecen a dorarse, aproximadamete unos 13 o 15 minutos.

Las sacamos y las dejamos enfriar sobre una rejilla y, una vez frías, sólo nos queda rellenarlas. Ponemos una cucharadita de mermelada en el centro de cada una de las galletas sin agujero y las tapamos con otra con agujero, para que se vea la mermelada. Es importante no poner demasiada para que no se nos desparrame por los bordes al taparla. Nuestras galletas linzer ya están listas. Sólo nos queda espolvorearlas, si nos apetece, con un poco de azúcar glass. ¡A disfrutar! ¡Bueniiiiisimas!


Algunos consejos:
  • Yo he puesto la mitad de los ingredientes de la receta original y salen bastantes galletas. Pero si vosotros queréis hacer más cantidad, sólo tenéis que doblar la cantidad de todos los ingredientes y añadir un huevo entero (no dos yemas).
  • Para el relleno podéis usar la mermelada que más os guste. Tradicionalmente, se usa una mermelada roja (fresa, frambuesa, arándanos...) pero con culaquier sabor queda bien.
  • Para que las galletas se conserven bien, os recomiendo no rellenarlas con demasiada antelación. Yo lo que he hecho ha sido guardarlas sin rellenar en un bote hermético y ponerles la mermelada justo antes de zampármelas para que estuvieran bien crujientes.
  • Si no tenéis cortapastas podéis dar forma a las galletas con un vaso o con una taza. Y para el agujero central yo he usado un descorazonador de manzanas, pero podríamos usar el tapón de una botella, por ejemplo.


Estas galletas son realmente deliciosas. Súper crujientes, con un sabor riquísimo y, ya rellenas de mermelada... ¡irresistibles! Es de estas recetas que se van a convertir en un básico, me han encantado. Tenéis que hacerlas sí o sí, quedan buenísimas. Cuando os animéis, mandadme una foto para que pueda ver lo buenas que os quedan. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!

Comentarios

  1. Te han quedado estupendas. Que ricas!!

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  2. Que ricas y que monas, yo me pido una florecita, por favor.

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  3. Hola!!. He dado con tu blog por casualidad y aquí me quedo ya. Estas galletas no solo son preciosas, tienen que estar para comèrselas todas de vez. Me gustan muchísimo y voy tener que animarme a hacerlas, quedan realmente divinas.

    Besines

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  4. Oisssh que cosica más mona y supercoquetonas!... y que paciencia ponerse con el horno en estos días!!

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