Rosquillas de leche condensada y limón


Ya os he comentado alguna vez que las rosquillas son un de mis dulces preferidos, me encantan y las comería a todas horas. Además tienen la ventaja de que no necesitamos horno, que aunque a mi no me importe encenderlo ni en plena canícula veraniega, se que a mucha gente le da pereza usarlo. 

Estas que os traigo hoy las descubrí hace poco en el blog Kanela y Limón y no me pueden gustar más. Admito que la primera vez las hice un poco escéptica: la leche condensada es el ingrediente principal y temía que resultaran empalagosas, pero nada más lejos de la realidad. ¡Están de vicio! Con deciros que las últimas dos semanas las he hecho tres veces... Sé que estaréis deseando hacerlas también, así que os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.


  • 180 gramos de leche condensada
  • 2 huevos
  • La ralladura de un limón
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • 340-350 gramos de harina
  • Un sobre de lavadura en polvo
  • Aceite de girasol o de oliva suave para freír nuestras rosquillas
  • Azúcar para rebozarlas

Ponemos en un bol amplio la leche condensada y los huevos y batimos con las varillas hasta que la mezcla comience a espumar. Añadimos el zumo de limón y la ralladura y mezclamos de nuevo.

Añadimos la harina (comenzamos con 340 gramos) junto a la lavadura y, con las manos, amasamos hasta que todos los ingredientes se integren y la masa esté manejable. Si se pega mucho a las manos, añadimos un poquitín más de harina, pero no demasiada que si no las rosquillas nos quedarán un poco "mazacote".

Ponemos abundante aceite en un sartén a calentar y, mientras coge temperatura, vamos formando las rosquillas: cogemos porciones de masa, las estiramos y a continuación juntamos ambos extremos (vamos, que le damos forma de rosquilla 😜). Si la masa se nos pega un poco, podemos untarnos las manos con unas gotas de aceite para que sea más manejable. 

Cuando el aceite esté caliente, vamos friendo las rosquillas, poca cantidad cada vez, un minuto o minuto y medio por cada lado. Cuando las saquemos, las colocamos unos segundos sobre un papel absorbente para retirar el exceso de aceite y, seguido, las pasamos por azúcar para rebozarlas. ¡Ya tenemos listas nuestras rosquillas! ¡Deliciosas!


Algunos consejos:
  • Si queréis potenciar el sabor a limón de las rosquillas añadid la ralladura de dos o tres limones. Otra opción es sustituir el zumo y la ralladura de limón por naranja.
  • Si os gusta la canela, mezclad una cucharadita con el azúcar del rebozado de las rosquillas, le da un toque muy rico.
  • Es  importante controlar la temperatura del aceite: ha de estar caliente pero si nos pasamos las rosquillas se quemarán y nos quedarán crudas por dentro.

Tenéis que probar estas rosquillas, aunque quedáis advertidos: como os gusten al menos la mitad que a mi os vais a enviciar. Eso sí, cuando las preparéis, mandadme una foto para que pueda ver lo riquísimas que os quedan. Por último, os recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!

Comentarios

  1. Si hay algo que me chifle y me rechifle son las rosquillas caseras... Y ver recetas nuevas como ésta me encanta. ¡Si por mí fuese probaría todas! De hecho, intento hacerlo, aunque sea de forma espaciada en el tiempo. Ésta me la apunto. Besos

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  2. Pero qué ricas tienen que estar estas rosquillas con esos ingredientes!!! Para chuparse los dedos!!! Deliciosas!!! Me las llevaba yo ahora para merendar bien bien jeje Besines

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