FLORES FRITAS DE CARNAVAL.

Son innumerables las veces que os he dicho que yo me enamoré de los fogones de la mano de mi abuelo Pepe. Cocinaba de lujo, y yo disfrutaba metiéndome en la cocina con él y viendo cómo preparaba tantos ricos platos. Y son muchas las recetas que me enseñó él que hoy mostrado ya por aquí, y la de hoy, flores fritas de carnaval, es una de ellas. Además, una que me trae muchos y muy bonitos recuerdos: guardo una nota escrita por el con la receta y además uso su molde, que heredé y guardo como oro en paño.

 

Estas flores son una auténtica delicia, quedan crijientiiiisimas y a pesar de ser fritas, son muy ligeras. Y no son muy difíciles de hacer, además yo te daré todos los trucos (que en su día me enseñó mi abuelo a mi) para que os queden perfectas. ¡Es imposible comer solo una! Como siempre, os he grabado la receta en vídeo para el canal de YouTube, ¡corred a verlo! No me enrollo mas, os digo los ingredientes y nos ponemos a cocinar.

Ficha de receta

• Tiempo de preparación: 3 minutos (más el tiempo de refrigeración de la masa)
• Tiempo de cocinado: unos 30 minutos
• Tiempo total de elaboración: media hora
• Nivel de dificultad: medio tirando a bajo. Con todos los trucos que os doy en la receta quedarán perfectas.
• Raciones: salen unas 15 flores

Ingredientes

• 250 ml de leche
• 170 gramos de harina
• 50 ml de anís (podéis sustituirlo por agua)
• Una cucharadita de vainilla
• Abundante aceite para freír
• Azúcar y un poco de canela para rebozar las flores

Lo primero que vamos a hacer en la receta de hoy es poner en un recipiente alto y no muy ancho (pero en el que quepa el molde de las flores) la leche, los huevos, el anís y la vainilla y batimos con la batidora de mano hasta que se integre todo. Echamos la harina y volvemos a batir hasta que no queden grumos: nos quedará una masa lisa y bastante líquida. La guardamos en el frigo al menos durante una hora antes de ponernos a hacer las flores.

Cuando haya pasado ese tiempo (yo la he dejado un par de horas) ponemos una cazuela al fuego. Lo ideal es que sea alta y no muy ancha. Vamos a añadir abundante aceite, necesitamos que cubra por completo la flor del molde (yo he necesitado algo más de 700 ml). Metemos el molde metálico dentro del aceite y lo dejamos ahí mientras el aceite coge temperatura. Es muy muy importante que el aceite esté bien caliente cuando vayamos a usarlo. 

Cuando el aceite esté caliente, sacamos la masa del frigorífico e introducimos el molde, bien caliente, en la masa: no lo meteremos completamente, sólo hemos de cubrir la flor hasta la mitad de su altura. Esto es importante ya que si no, la flor no se despegará del molde. Rápidamente metemos el molde en el aceite caliente y dejamos el molde estático, sin apoyarlo en el fondo de la cazuela, unos 5 o 7 segundos. Después, comenzamos a moverlo de arriba a abajo hasta que la masa se desprenda. Si veis que le cuesta un poco, podéis dar unos golpecitos al molde con una cuchara para facilitar el desmoldado. 

Cuando la flor se despegue del molde metálico, la cocinamos unos segunditos por cada lado hasta que se dore (tened cuidado que es tan finita que se fríe en nada). Después, la sacamos a un plato con papel de cocina absorbente para retirar el exceso de aceite, y con la flor aún caliente, la pasamos por azúcar con un poco de canela. Todo este proceso lo explico muy bien en la videoreceta, ya sabéis que a veces una imagen vale más que mil palabras.

Os aviso de que las dos (o quizá) tres primeras flores no os van a salir bien. Es perfectamente normal, no penséis que habéis hecho algo mal. Generalmente, lo que ocurre es que no se despegan del molde o quedan con una forma un poco amorfa: de verdad no os preocupéis que es normal. A partir de la segunda o de la tercera ya salen perfectas: el molde, tras hacer un par de ellas ya mantiene la temperatura más estable y eso favorece a que se despeguen sin problema. ¡Así que no cunda el pánico!

Repetimos el proceso hasta terminar con toda la masa, a mí en total me han salido 13 flores perfectas (mas las dos ligeramente amorfas del principio). Una vez fritas y rebozadas, lo ideal es guardarlas en un bite hermético para que se conserven suuuuper crujientes.

Algunos consejos:

• Si no tenéis anís podéis usar otro licor que os guste (yo a veces lo sustituyo por patxaran). Y si no queréis usar licor de ningún tipo, poned agua.
• El molde de las flores que yo uso era el de mi abuelo, pero se encuentran sin problema en ferreterías y en tiendas online. No son muy caros y es algo que dura toooooda la vida (¡el de mi abuelo tiene más de 60 años!).
• Yo para freír uso aceite de girasol, no aporta sabor a los fritos y me gusta cómo quedan así, pero si queréis usar aceite de oliva no hay problema, aunque os recomiendo que sea un aceite de oliva suave.

Estas flores de carnaval quedan deliciosas, son ligeramente adictivas: es mi deber advertiros que es imposible comer solo una. Si os animáis hacerlas, mandadme una foto para que pueda ver lo ricas que os quedan, me hace mucha ilusión que preparéis las recetas del blog. Por último, como siempre, le recuerdo que podéis seguir el blog en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, tenéis los enlaces justo aquí mismo a la derecha. ¡Hasta la próxima receta!